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Añora fue testigo un año más del buen ambiente que generan los tunos entre el respetable. Aunque últimamente se prodigan poco, por cuestiones laborales de sus componentes, la tuna de Peñarroya volvió a acudir el pasado 4 de mayo a la tradicional Fiesta de la Cruz de la localidad de Añora. Con esta participación, son ya varias ocasiones las que esta agrupación musical ha asistido a esta fiesta tan arraigada en el valle de los Pedroches. Son unos fijos y cada año recorren cada una de las espectaculares e imponentes cruces entonando sus sones más conocidos. Pasean por sus calles y plazas, y ponen su acento prácticamente en cada esquina, haciendo corear y bailar al numeroso público que se congrega durante estos días. «Para nosotros siempre es un placer asistir a las cruces y nos sentimos súper agradecidos por la llamada que recibimos año tras año», nos comenta el director del grupo. «Pudimos interpretar Clavelitos unas 25 veces en la noche de Añora, nos la piden siempre una y otra vez y en todos los lugares, ni el reguetón puede con el clavel», añaden los tunos. Y es que su repertorio variopinto basado en los Panchos, los boleros, las rancheras, las rumbas y la música meramente popular nunca muere, aquélla música que perdura en el tiempo, que atraviesa géneros y estilos, y que pasa de generación en generación sin despeinarse. Ojalá podamos disfrutar más de esta formación local por nuestra tierra y esperemos puedan compaginar sus quehaceres con mantener el vuelo de sus cintas tuneras, nacidas y criadas en el Terrible, con más de una década ya entre nosotros, y patrimonio peñarriblense del que sentirnos orgullosos.
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